Anoche, Los fundamentalistas del aire acondicionado hicieron vibrar el Velódromo Municipal con casi tres horas de show, más de una treintena de temas y una puesta en escena soberbia.
La música tiene el poder de unir a las personas en un ritual colectivo, como quedó demostrado en un recital de Los Fundamentalistas anoche.
La apertura del show con “Ella debe estar tan linda” hizo estallar al público y marcó el comienzo de un show con la energía a tope. Canciones como “Botija Rapado” y “Superlógico” fueron coreadas a viva voz, mientras que “Había una vez” emocionó a muchos con su relato sobre el desamor.
Yo ya no puedo cumplir hazañas que prometí, solo seguir cantando
Este recital demostró una vez más que la música es un ritual que une a las personas y las hace sentir parte de algo más grande que ellas mismas. Por un momento baja la luz, se hace un silencio abismal y Solari reaparece en la pantalla gigante cantando “Panasonic y el mundo a sus pies”. No son los redondos, es cierto. Y ya no puede cumplir esas hazañas que prometió. Pero si seguirá cantando en la voz de todos y cada uno de los que se hicieron presentes anoche para homenajearlo.
La presencia virtual del Indio no solo emocionó, sino que agitó aún más a las masas frenéticas. Los vientos de Colombo y Tallarita y la sección rítmica fueron la clave para que todo el Velódromo bailara de amor.
La sección de vientos y las guitarras de Benegas y Comotto demostraron una vez más su virtuosismo y su capacidad para llevar al público al delirio.
El setlist incluyó algunos clásicos inmortales como “Todo un palo”, “El tesoro de los inocentes” y “Juguetes perdidos”, así como algunas joyas menos conocidas como “Pura suerte”, una rareza del demo de 1982 de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
El pogo y los cánticos no faltaron en ningún momento, y la energía del público se mantuvo en alto hasta el final del show.
La reaparición de Solari en la pantalla para interpretar “Flight 956” y “Mariposa Pontiac” fue otro de los momentos más emotivos de la noche.
La pasión, la energía y el virtuosismo de los músicos fueron una muestra del legado que está dejando el Indio y demuestran que pese a todo, siempre seguirá cantando.