Anoche el Antel Arena tuvo su vuelta a la tan ansiada normalidad, esa que parecía que nunca llegaría. El festival Primavera 0 volvió como lo queríamos: aforo completo, sin mascarillas, campo de pie, grandes invitados, pogo y mucho baile.
Después de dos años, celebrar un espectáculo en un recinto cerrado, sin restricciones, era una necesidad. Moverse libremente por el espacio, abrazarse, saltar y hasta dar algún que otro empujón en un pogo frenético, devolvió un poco lo que se vivía en los shows pre pandemia… el resto por supuesto, lo pusieron los artistas.
Zeballos, Nathy Peluso y Gorillaz calentaron la noche que se presentaba fría, especialmente para los que llevaban horas haciendo cola.
Los primeros en ingresar alrededor de las 19:30 horas, cuando abrieron las puertas, estaban desde las 10 de la mañana. Otros, desde las 16 horas buscaban acceder a un lugar privilegiado que les permitiese estar lo más cerca posible de su artista.
Las largas colas que rodeaban el Antel Arena se disiparon con la misma rapidez que se formaron. Luego de abiertas las puertas, el ingreso fue ágil. Control, escaneo de entradas y encontrar la mejor ubicación.
La apertura de Zeballos
Mientras la gente continuaba llegando, Zeballos y Milli Milanns se encargaron de aclimatar el Antel Arena con su rap tranquilo y consecuente. ‘Asimetría’ y ‘Eclipse’ musicalizaron el ingreso de quienes buscaban ubicarse lo más cerca posible de la valla.
Otros se dirigían directamente a la cantina. Refrescos, mucha cerveza y bocatas aminoraron la previa de quienes que fueron por Gorillaz; y esperaban tranquilamente que se acercaran las 22hs.
En el escenario, Zeballos y Gavo Aka Punisher se despachaban con ‘Rottweiler’, subiendo la energía, a la espera de Nathy Peluso.
“Bueno ahora sí, buenas noches. Estamos acá con las luces prendidas y todo, pero vamo’ a meterle, mientras llega la gente” – había dicho minutos antes Zeballos, agitando a los que ya estaban ubicados cerca del escenario.
Terminó su breve presentación con ‘T&K’ y ‘Bailalo lento’, en un Antel Arena que comenzaba a llenarse poco a poco.
La Icónica Nathy Peluso
La diferencia de estilos comenzó a marcarse claramente, cuando los que venían por Nathy Peluso se adelantaron y levantaron sus celulares hacia el escenario, a la espera.
Mientras la cantina seguía entregando bebidas y bocatas, el merchandising de Gorillaz desfilaba entre el baño y el campo.
Arriba en las gradas, el movimiento era menos evidente.
Como si de un homenaje a la banda del plato fuerte de la noche se tratara, con puntualidad inglesa, a las 20:30 hs se encendieron los focos que iluminaron el micrófono, y la figura de Nathy Peluso apareció contoneándose lentamente por el costado derecho.
Body negro con transparencias sobre unas leggings del mismo color y unas botas altas. Su impronta avasallante cautivó al instante.
Abrió con ‘Celebré’ y la respuesta fue inmediata: el furor de los que estaban más cerca del escenario se hizo notar.
Desplegó todos sus atributos como bailarina con una energía inagotable. Aprovechó el juego de luces para inmortalizar poses que varios imitaron.
Su figura aparecía y desaparecía entre la psicodelia lumínica, mientras su lírica empoderada se disparaba como dardos hacia el público.
“¡Uruguay! ¿a quién le gusta el ritmo?” – gritó con ímpetu, y siguió con sus “Hip hop para las nenas”, moviéndose al ritmo de ‘Sana, sana’.
Un desfile noventoso era llamativo especialmente en el campo, que combinaba con las imágenes de los videoclips que se proyectaban en la pantalla detrás del escenario.
“¡Buenas noches, Uruguay! Gracias por recibirme con muchísimo cariño. Esta es una noche especial, muchas gracias por venir a disfrutar con nosotros. Espero que lo pasen delicioso”– dijo antes de cantar ‘Buenos Aires’, donde aprovechó para recorrer el escenario de punta a punta, inclinar su cuerpo hacia el público y sacar la lengua desprejuiciada.
Ante una ovación que gritaba su nombre siguió con ‘Mafiosa’. Mucho movimiento de cadera y expresión facial. No faltaron ‘Ateo’, ‘Business woman’ y ‘Corashe’ (donde contó con un coro de lujo de los presentes).
Nathy transmitió esa libertad con la que se mueve por el escenario, perreó, rodó por el suelo, sacudió sus glúteos de espalda al público, intercambió gestos cómplices con sus músicos y agradeció al público uruguayo en reiteradas ocasiones.
“Mi gente de Uruguay: ¡buenas noches! Quisiera quedarme con uds setenta horas más, es el momento en el que me despido de mi gente que los quiero tanto… gracias por cantar conmigo. Estoy segura de que esta la van a gritar muy fuerte, pongo las manos en el fuego por que la van a cantar conmigo”.
Se despidió con ‘Vivir así es morir de amor’; la inolvidable canción de Camilo Sesto que recorrió el mundo y que la argentina versionó recientemente.
EL cierre de Gorillaz
Sobre las 22 horas se produjo el cambio de público. Los que aguardaban detrás se adelantaron hacia el escenario y aquellos que disfrutaron de la argentina, aprovecharon para rellenar sus vasos, ir al baño o simplemente agruparse más al fondo.
También hubo quienes fueron a disfrutar del festival entero. Fuera Zeballos, Nathy Peluso o Gorillaz, en sus celulares quedó el registro en video.
“Hello, is anyone there?” – se escuchó a las 22hs y todos lo supieron: Gorillaz abría con su habitual ‘M1A1’.
En cuestión de segundos Damon tenía a todos en el bolsillo. Salió enérgico, con una gran sonrisa, recorriendo el escenario y encendiendo al público con temas como ‘Last living souls’, ‘Oh green world’, ‘On melancholy hill’, ‘El mañana’ o ‘Andrómeda’.
El éxtasis que contagió Demon se vio reflejado en una lluvia de cerveza que más de uno provocó sin darse cuenta, en medio saltos y agitación de brazos.
Mientras en la pantalla se podían ver las clásicas animaciones de Jamie Hewlett, 2D también conquistaba al público con su inocente torpeza y sus ojos negros.
El frontman de la banda inglesa pasó en más de una ocasión por los teclados, la guitarra acústica y la eléctrica. No perdió oportunidad de agitar a los presentes. Levantó una camiseta de Peñarol que alguien del publico le tiró, la extendió y la devolvió luego, para seguir saludando a los que se encontraba más cerca del escenario.
Se acercó lo más que pudo, bajó a la fosa a bailar, chocó las manos de quienes se las extendieron y hasta luchó por mantener sus pantalones arriba cuando los que estaban más adelante se abalanzaron para tocarlo. Detrás, su seguridad trabajaba para mantenerlo en pie y evitar que cayera hacia la multitud; algo que más de uno hubiese deseado.
Los británicos hicieron una intensa recorrida por su discografía, desde ‘Clint Eastwood’ (aquel primer single lanzado en 2001 y que se convirtiera en uno de los más icónicos de la banda) hasta ‘Cracker Island’ & ‘Silent Running’, dos estrenos que han incorporado en esta gira.
Pasaron por ‘Stylo’, ‘Kids with guns’, ‘Don’t get lost in heaven’ y ‘Demon days’ (habitual cierre de sus presentaciones).
También contó con el rapero Bootie Brown como invitado para interpretar ‘Dirty Harry’ y también acompañar a Damon en ‘Stylo’; y el rapero Posdnous (integrante del trío De la Soul), quién cantó ‘Superfast jellyfish’ y ‘Feelgood Inc’.
Las visitas de Albarn a Montevideo han sido memorables. En una de ellas, mientras el músico se encontraba en una habitación del hotel Radisson, tomó una fotografía del Palacio Salvo, cautivado por la vista ofrecida. Más tarde esa fotografía se transformaría en la portada de ‘Heavy Seas Of Love’ (doceavo tema de su disco solista ‘Everyday Robots’).
Tanto capturó su imaginación el edificio, que le dedicó una canción: ‘The tower of Montevideo’; lo que maravilló a sus fanáticos uruguayos.
Sobre el final ya tenía a todo el Antel Arena agitando, en una noche alegre y diversa donde el frío no se sintió.
Esta décima edición del festival Primavera 0 dejó un muy buen sabor de boca y la imperiosa necesidad de continuar con los shows sin distancias ni restricciones.