Quevedo ha ganado notoriedad desde su colaboración con Bizarrap y el lanzamiento de su álbum “Donde quiero estar”. No solo en su España natal, su popularidad fue creciendo a pasos agigantados de este lado del océano. El Antel Arena Sold Out de anoche, no fue una sorpresa. La euforia adolescente y desborde emocional, tampoco.
Desde que se abrieron las puertas del recinto ubicado en las intersecciones de la Av José P. Varela y Av Damaso A. Larrañaga, ya se podía adivinar el clima que se viviría dentro. Una avalancha de jóvenes se llevaron por encima las vallas que organizaban el ingreso. Y no fue a causa de la multitud, sino de la intensidad de quienes querían conseguir el lugar más cerca al escenario. La seguridad reforzada, puso en alerta los puestos de emergencia. Juventud, aglomeración, calor y euforia son los ingredientes para que los primeros desmayos se produzcan entre la multitud. Y así sucedió. Aunque la rapidez y organización con la que se intervino, no llegó a opacar el show, en absoluto.
Iniciando con “Yankee” y “Sin señal”, y transitando por el trap y reggaetón con temas como “Piel de cordero” y “Respuesta cero”, Quevedo irrumpió en el escenario con una invitación al goce corpóreo. Su habilidad para moverse entre distintos géneros, incluyendo una sección de música dance, brindó un espectáculo para todos los gustos. La puesta en escena, centrada en un triángulo equilátero y un juego de luces impresionante, acompañó de manera acertada las variadas tonalidades de su presentación.
El show contó con el coreo ininterrumpido del público, que tuvo su punto álgido en “Sin Señal”, donde un par de jóvenes debieron abandonar el recinto, a causa del desvanecimiento. Afortunadamente, la rápida acción del cuerpo de emergencia hizo que el hecho pasara desapercibido para la mayoría.
La noche también incluyó un segmento especial dedicado al reggaetón, con un mashup de clásicos del género, seguido por un popurrí de temas como “Wanda”, “Mamichula”, y “Apa”.
A pesar de la energía y la pasión del público, que en más de una ocasión llevó a situaciones de histeria, Quevedo mantuvo un equilibrio entre su rol de ídolo juvenil y la compostura profesional. Su repertorio de 16 canciones, donde destacaron “Punto G” y “Playa del inglés”, reflejó una conexión personal con su lugar de origen, las Islas Canarias.
El punto culminante del concierto llegó con “Cayó la noche”, seguido de un esperado bis que incluyó su gran éxito “Quédate”, resultado de su colaboración con Bizarrap. Dando un cierre a tope de energía, que dejó a sus fans con un muy buen sabor de boca.