En una noche donde el Antel Arena se transformó en un cosmos estrellado y luminoso, Nicki Nicole, la sensación argentina de la música urbana, ofreció su primer espectáculo en solitario en Uruguay ante una audiencia casi colmada.
Nicki trajo a Montevideo su Alma tour, que se estructura alrededor de la figura de un triángulo como símbolo que resume su filosofía de vida: el equilibrio entre el corazón, la mente y el alma. Este concepto se reflejó en cada aspecto del show, desde la coreografía hasta la interpretación musical.
Vestida en blanco, un color que evoca inocencia y pureza, Nicki dominó el escenario con una presencia que oscilaba entre la contundencia y la ternura. Estuvo acompañada por dos músicos polifacéticos y ocho bailarines cuyos movimientos añadieron una dimensión hiper enérgica al espectáculo. Durante la hora y 45 minutos de show, Nicki presentó un repertorio diverso que abarcó sus tres discos de estudio y una serie de colaboraciones destacadas. Canciones como “Tiene mi alma”, “Colocao”, y “No voy a llorar” fueron las infaltables del setlist.
La noche cobró vida cuando Nicki pidió al público encender los flashes de sus teléfonos, creando un mar de luces que acompañó su interpretación de “Plegarias”, una canción emblemática en su carrera. Esta petición no solo iluminó el lugar sino que también simbolizó el vínculo profundo y personal que Nicki comparte con sus seguidores, especialmente con el gran número de pequeños que se los veía visiblemente emocionados por vivir el primer concierto de su artista favorita.
Un momento particularmente emocionante fue el estreno de “Enamorate”, grabada con Bad Gyal. También la interpretación de “Mamichula”, un hit grabado con Trueno, su exnovio, en la que agradeció el respeto con el que se recibió la canción. La inclusión de “Otra noche”, donde bajó a cantar con el público, subrayó su cercanía con los fans y su deseo de crear una experiencia compartida y genuina.
Sin embargo, el concierto no estuvo exento de drama. Durante la actuación de “Marisola”, un pequeño incendio causado por fuegos artificiales puso a prueba la rapidez y profesionalismo del equipo de Nicki. Afortunadamente, el fuego fue controlado, pasando despercibido para la audiencia, y el espectáculo continuó sin mayores contratiempos. En ese momento quedó demostrada la capacidad del equipo para manejar situaciones inesperadas con gracia y eficacia.
La interacción de Nicki con su público fue un punto alto de la noche. Se dejó llevar por la intriga de un regalo de una fan, luciendo una campera negra que contrastaba con su atuendo blanco, y subió a tres fanáticas al escenario, mostrando su aprecio y cariño hacia sus seguidores. Este gesto simbolizó la conexión especial que tiene con su audiencia.
El concierto culminó con una lluvia de papelitos mientras sonaba “Caen las estrellas”, un cierre perfecto para una noche que combinó lo emocionante y lo divertido, lo planeado y lo espontáneo. Envuelta en una bandera uruguaya y radiante de alegría, Nicki Nicole agradeció a su público, dejando en claro que esa noche sería recordada como una de las más hermosas de su vida.