La Beriso volvió a Montevideo para presentar su último disco. Foto: Beel Muniz
El frío en la ciudad de Montevideo no fue un obstáculo para los seguidores que se reunieron en el Antel Arena. Eran las 20:30, y el ambiente dentro del recinto ya estaba cargado de expectativa y sudor. Mientras Agustina Giovio abría la escena, poco a poco los seguidores comenzaban a ocupar
A las nueve en punto, las luces se atenuaron y La Beriso apareció en el escenario, dando inicio a la noche con la potente introducción de “Creyendo”. Desde ese momento, el público se entregó por completo. “Legui” y “Mano a Mano” mantuvieron la energía en un nivel altísimo, mientras que temas como “Madrugada” y “Mañana” hicieron que la conexión entre banda y público se sintiera más íntima.
El rock de La Beriso tiene esa cualidad extremista única. Te gusta o lo detestas. Para los seguidores, no importa si es tu primer concierto o el décimo; cuando estás ahí, te encuentras inmerso en una especie de hermandad que trasciende lo musical.
“Vamos por la gloria” fue un recordatorio de ese sentimiento de unidad, mientras que “Pensamientos” y “Cansada” aportaron un matiz más reflexivo, sin perder la intensidad que caracteriza a la banda.
Uno de los momentos más destacados de la noche llegó con “Como olvidarme”. La interpretación fue tan visceral que el recinto entero pareció detenerse por un instante, dejando que cada nota se asentara en el aire. Este es el tipo de experiencia que explica por qué La Beriso sigue convocando gente y regresando cada año.
Aunque el rumor de una aparición especial flotaba en el aire, La Beriso demostró que no necesita de invitados sorpresa para entregar un show memorable. La banda sonó sólida y bien compenetrada.
El concierto alcanzó su clímax con “Mal Juego” y “Recorde”. El público se dejó llevar por el ritmo, y cuando sonaron los primeros acordes de “Tan Sola”, ya era evidente que estábamos en la recta final. El cierre llegó de la mano de “Traicionero”, dividiendo la interpretación para que el público pudiera demostrar, una vez más, que La Beriso es una experiencia compartida, un sentimiento colectivo.
Al final, el Antel Arena retumbó con el saludo final al ritmo de AC/DC. No hubo bises, pero nadie salió decepcionado. Lo justo y lo esperado. Lo que La Beriso promete.