Dante Spinetta deslumbró en la Sala Museo

Dante Spinetta

**Foto: Ivanna Fernández

Dante Spinetta trajo su poderoso show a la Sala Museo, y lo hizo con el mismo espíritu electrizante que ha caracterizado sus recientes presentaciones. Con un repertorio que mezcló sus clásicos de siempre con los temas más recientes de su carrera, el músico se presentó con una banda afilada y un dominio escénico que dejó al público extasiado.

Desde los primeros acordes de “Rebelión”, el músico dejó en claro que la noche iba a ser una experiencia intensa. Spinetta no se guardó nada y ofreció una performance arrolladora, interpretando con la precisión de un maestro y la pasión de un artista que vive y respira música. “El lado oscuro del corazón”, uno de sus grandes éxitos, nos trajo una combinación de lirismo melancólico y un riff de guitarra tan oportuno como un respiro fresco en medio de un día agobiante.

Foto: Ivanna Fernández
Foto: Ivanna Fernández

“La Movie” y “Deja Boo” pusieron de manifiesto su habilidad para moverse con fluidez entre géneros, desde el funk más crudo hasta momentos de introspección lírica. En “Soltar”, el artista bajó las revoluciones para ofrecer un momento de intimidad, creando una conexión casi palpable con el público.

Dante también tuvo espacio para el orgullo y la reivindicación de sus raíces latinoamericanas, algo que se sintió con fuerza en la interpretación de “Sudaka”, grabada originalmente junto a Trueno en Mesa dulce (2022). 

El clímax de la noche llegó con un medley de los clásicos de Illya Kuryaki and The Valderramas, que desató una ola de euforia en la sala. “Jugo” y “Coolo” llevaron la nostalgia y el ritmo a su máxima expresión, recordando esos años dorados de la música funk argentina.

La banda que acompañó a Spinetta estuvo impecable en todo momento. Pablo González en batería, Matías Méndez en bajo, Carlos Salas en percusión, Maximiliano Díaz en teclados, y un ensamble de vientos dirigido por Exequías Aquino, formaron una maquinaria perfectamente aceitada que respondió a cada indicación del líder. Matías Rada, en la guitarra, destacó con solos que electrificaron la sala.

Foto: Ivanna Fernández

El cierre fue simplemente espectacular. Con “Mostro” y “Funk Warrior”, Spinetta demostró que, después de tantos años de carrera, sigue siendo una fuerza imparable en el escenario. La improvisación final, donde la banda jugó con cortes rítmicos mientras Dante dirigía con su característico estilo, dejó en claro el nivel de virtuosismo que poseen tanto él como sus músicos. Y es que, al final del día, lo que Dante Spinetta ofrece es una celebración de la música en su forma más pura y poderosa.