Miranda! regresó al Antel Arena

Miranda!

Miranda! durante su show en el Antel Arena | Foto: María Noel Robaina

Con un concepto híbrido que combina elementos teatrales y musicales, el show no fue un repaso de éxitos y una inmersión en el universo lúdico y ecléctico de la banda. Como ya es habitual en esta gira, los visuales sirvieron como un hilo conductor a un show que no necesita mucho para destacar. Miranda! es una de esas bandas que no requieren de grandes escenografías o puestas en escena para hacer de un show, algo extraordinario.

La noche arrancó con una explosión de energía cuando Ale Sergi y Juliana Gattas aparecieron en el escenario luciendo gafas oscuras y trajes llamativos. “Y a lo sabía”, marcó el tono para lo que sería una velada llena de cambios de vestuario, coreografías perfectamente sincronizadas y una dosis de teatro musical. La pantalla proyectaba imágenes de corredores interminables y puertas que se abrían hacia universos conceptuales y psicodélicos.

Foto: María Noel Robaina

Miranda! no escatimó en repasar su amplio catálogo, desde clásicos como “Don” hasta versiones más activas que forman parte de “Hotel Miranda!”, su disco de colaboraciones. En este espectáculo, las canciones son mini performances donde cada detalle está calculado, desde el vestuario hasta la interacción con las proyecciones en pantalla.

Durante “Prisionero”, Cristian Castro apareció en video cantando desde dentro de un lavarropas, generando risas y desconcierto entre los espectadores. Este tipo de humor absurdo y juguetón ha sido una constante en la carrera de Miranda!, y sigue siendo uno de los elementos que los distingue en la escena pop.

El momento más esperado de la noche llegó con “Perfecta”, donde la imagen de María Becerra se proyectó en una pantalla gigante. La química entre Sergi y Gattas fue palpable, pero también supieron dejar espacio para que las colaboraciones virtuales cobraran protagonismo. Esta equilibrada dualidad entre lo visual y lo musical es lo que mantiene a Miranda! en la vanguardia del pop latino.

Foto: María Noel Robaina

La puesta en escena del Antel Arena estuvo llena de detalles que hicieron de cada canción un espectáculo en sí mismo. En “Fantasmas”, por ejemplo, Gattas se colocó un saxofón de juguete que hizo reír a la audiencia cuando intentó tocarlo en serio, solo para que Sergi le contestara en tono burlón: “Nada que ver”. Este tipo de interacción cómica y teatral es lo que transforma un simple recital en una experiencia inmersiva.

El setlist continuó con temas icónicos, como “Yo te diré”, “Traición” y “Mentía”, donde el dinamismo del show alcanzó su punto álgido. El público respondió con saltos y gritos, especialmente durante el estribillo de “Es la guitarra del Lolo”, un momento que se ha convertido en un himno para los seguidores de la banda.

Foto: María Noel Robaina

El show concluyó con una versión extendida de “Romix”, donde el público cantó cada palabra como si fuera la última vez que lo harían. La interacción entre la banda y la audiencia alcanzó un punto álgido, y cuando Sergi dirigió el micrófono hacia los fans para que cantaran el icónico estribillo, el Antel Arena se llenó de una energía difícil de describir.

Miranda! sigue demostrando por qué, después de más de dos décadas, siguen siendo una fuerza inquebrantable en la música pop. Revisitan su historia y la reinterpretan con una frescura y creatividad que pocas bandas pueden igualar.