TAIKO anticipa su primer disco junto a Face con SSSUBELO

taiko subsuelo

En tiempos donde el reggaetón parece vivir su propio algoritmo (uno que recicla estructuras, beats y frases hechas con la eficacia de una máquina industrial) la aparición de “Sssubelo”, el nuevo single de Taiko junto a Face, deja una sensación agridulce. El tema promete ser la punta de lanza de un disco conjunto de diez canciones orientadas al “perreo sensible”, pero lo que entrega es otra vuelta más en el carrusel del reggaetón intrascendente.

No se puede negar el peso que ha adquirido Taiko en la escena: productor solicitado, nominado al Latin Grammy y con un currículum que lo posiciona como una figura clave detrás de algunos éxitos recientes. Y Face, con su estética melosa y voz modulada hasta el hartazgo, intenta jugar la carta del galán moderno atrapado entre la pista de baile y el emoji de corazón roto. Pero ni la intención romántica ni el deseo de reinterpretar el perreo logran sostener una canción que se desarma a la tercera escucha.

“Sssubelo” se presenta como un tema “enérgico y desvergonzado”, pero esa desvergüenza se traduce, más bien, en una falta de filtro lírico: versos que parecen escritos a la carrera, con rimas puestas al azar solo para llenar compases. Hay una tendencia en cierto reggaetón contemporáneo a confundir lo suelto con lo perezoso, lo atrevido con lo vacío. Aquí, cada línea parece una versión reciclada de otra canción que ya sonó hace tres veranos. Y eso, en un género que nació de la repetición pero que siempre supo cómo reinventarse con calle y con ritmo, es una señal preocupante.

La producción, como era de esperarse viniendo de Taiko, está bien cuidada. Hay graves profundos, percusiones limpias, efectos que van y vienen con precisión quirúrgica. Pero es precisamente ese nivel técnico el que resalta aún más lo débil del contenido. El beat empuja, pero no lleva a ningún lado. Es un motor rugiendo en punto muerto.

El videoclip tampoco ayuda. Presentado como una carrera entre ambos artistas, alentados por fans eufóricos, el concepto busca metaforizar la competencia y el ascenso, pero termina siendo una excusa estética que no suma ni contexto ni emoción a la canción. Todo está pulido, sí, pero también todo está vacío. No hay narrativa, no hay tensión, no hay historia. Solo imágenes bonitas y una coreografía que parece estar esperando a viralizarse en TikTok.

En teoría, “Sssubelo” es el primer paso de un proyecto más grande. Diez canciones que, según adelantan, mostrarán una faceta más “romántica y sensible” de Face. Pero si el romanticismo se reduce a frases como “te vi moviéndote y no supe qué decirte” y el contenido sensible se resume en lugares comunes sobre la pista de baile como espacio de deseo, la propuesta se queda corta.

No se trata de exigir profundidad filosófica al reggaetón. El género siempre ha sido cuerpo, movimiento, provocación. Pero eso no significa que deba aceptar la mediocridad como estilo. Artistas como Bad Bunny, Rauw Alejandro o incluso Young Miko han mostrado que se puede innovar dentro del formato sin perder el gancho. En cambio, “Sssubelo” se siente como una playlist de clichés apilados con un envoltorio de alta gama.

Quizás el disco completo logre elevar la propuesta. Quizás haya más matices, más juego, más sustancia. Por ahora, lo que deja este primer adelanto es una sensación de déjà vu: la de estar escuchando la misma canción de siempre, con otros nombres, otra portada y otra promesa que no se cumple.

¿Bailás? Seguro. ¿Olvidás? También. Y eso, en música, es lo peor que te puede pasar.