La historia del rock noventero está tallada con cinceles de distorsión, excesos y una búsqueda constante de identidad. Y si hay una banda que entendió esa contradicción como combustible creativo, fueron los Stone Temple Pilots. El próximo sábado 17 de mayo, el Estadio Obras será el escenario de una nueva visita del grupo californiano a Buenos Aires, en un show que será una reafirmación del presente de una banda que, a pesar de las cicatrices, sigue firme en su propósito. Las entradas ya se pueden adquirir a través del portal de Coolco
Stone Temple Pilots no viene a pedir disculpas. Tampoco busca conmover con un revival nostálgico de sus años de gloria. Su regreso a la Argentina (después de su paso por el Vorterix en 2022) es más bien el acto sereno de una banda que ha transitado todo el espinel del rock: la cima de los charts, las tensiones internas, la tragedia, los cambios de formación y finalmente, la resiliencia creativa.
Desde su debut Core (1992), que puso patas para arriba el grunge californiano con una actitud más cercana al hard rock de los 70 que al nihilismo de Seattle, hasta Perdida (2020), un álbum introspectivo y acústico grabado con Jeff Gutt como nuevo frontman, STP se ha mantenido inquieto, en movimiento, fuera del lugar común. Algo que muy pocos de sus contemporáneos pueden decir con la frente en alto.
No hay forma de hablar de STP sin mencionar la figura ausente de Scott Weiland. Su voz, su presencia escénica errática y magnética, su caída libre… Todo eso forma parte del mito y del dolor. Pero aferrarse a ese recuerdo sería injusto con lo que el grupo ha logrado en la última década. Jeff Gutt no es un imitador ni un reemplazo, es un cantante con oficio, registros versátiles y un respeto evidente por el legado que le tocó interpretar.
Lo acompañan, como siempre, los hermanos DeLeo (Dean y Robert), pilares creativos del sonido de la banda, y el implacable Eric Kretz en batería. Juntos mantienen viva la maquinaria sin recurrir a la autoparodia ni al revival prefabricado.
Banda Invitada: Kill Flora
La banda invitada es Kill Flora, trío argentino conformado por Paz Villalba (voz y guitarra), Marcos Rocca (bajo) y Tomás Wicz (batería). Su álbum debut, Tanta Devastación (2023), es una descarga de furia emocional en clave contemporánea. Hay ecos de Nirvana y Hole, sí, pero también una exploración más introspectiva, con matices que remiten al noise, al post-punk y al caos ordenado del presente. En vivo, el grupo se transforma: lo que en el estudio suena denso, en el escenario se convierte en catarsis colectiva.