Hoy, 24 de mayo, se conmemora el aniversario número 50 del nacimiento de una de las figuras más emblemáticas de la música cuarteto en Argentina: Rodrigo Alejandro Bueno, conocido cariñosamente como “El Potro”.
Aunque su vida fue truncada prematuramente en 2000, su legado perdura y continúa inspirando a generaciones de fanáticos del cuarteto y la música popular argentina.
En este día especial, recordamos la vida y el impacto duradero de este carismático cantante.
Una vida llena de pasión
Rodrigo nació el 24 de mayo de 1973 en la ciudad de Córdoba, Argentina, en el seno de una familia dedicada a la música. Su padre, Eduardo «Pichín» Bueno, era dueño de una disquería y productor musical.
Desde temprana edad, Rodrigo demostró su pasión por la música. De niño jugaba a ser cantante e incluso escribía sus propias canciones. A los 13 años formó parte de la banda Manto Negro, aunque no tuvo mucho éxito en su córdoba natal. Entonces, su padre lo llevó a Buenos Aires, donde lanzó su carrera solista y rápidamente se convirtió en una figura destacada en la escena cuarteto. Su carisma innato hizo que su música trascendiera las fronteras de Córdoba y se extendiera por todo el país.
A mediados de la década de 1990, Rodrigo lanzó su primer álbum titulado “La Foto de tu Cuerpo”. Este fue el comienzo de una carrera meteórica que lo llevó a la cima de la música cuarteto. Sus actuaciones en vivo se caracterizaban por su energía arrolladora y su capacidad para conectar con el público. Canciones como “Ocho Cuarenta”, “Lo mejor del amor” y “Como Olvidarla” se convirtieron en verdaderos himnos del género y lo consolidaron como una de las principales figuras del cuarteto en Argentina.
Su gran popularidad lo llevó a realizar trece conciertos consecutivos en el Luna Park, con entradas agotadas. Lamentablemente, la exigencia de las giras y el trabajo en exceso comenzó a pasarle factura, llevándolo a un estado de estrés que afectaría su salud y rendimiento.
En la madrugada del 23 de junio del 2000, el auto que conducía el Potro Rodrigo, se estrelló en la autopista Buenos Aires- La plata, a la altura de Berazategy. Como consecuencia del fatídico accidente, el cantante y Fernando Olmedo (hijo del cómico Alberto Olmedo) que también viajaba con el, perdieron la vida.
Rodrigo venía de dar un show en La Plata, en el que había actuado por poco más de hora y media ante unas 2000 personas, para el programa de televisión “El rayo”. Al finalizar el show, Fernando Olmedo le pidió que se quedara en el club a descansar, pero el cantante decidió conducir hacia Buenos Aires. En el coche también iban su ex mujer, su hijo, quienes resultaron ilesos.
El legado perdurable
El trágico accidente automovilístico que se llevó la vida de El potro Rodrigo dejó un vacío inmenso en el mundo del cuarteto. Sin embargo, su influencia y su música continúan siendo una fuente de inspiración.
A lo largo de su carrera, Rodrigo grabó numerosos álbumes y dejó un catálogo de canciones que siguen siendo escuchadas y celebradas hasta el día de hoy. Su estilo único, le dio un aire fresco al género y atrajo a una audiencia más amplia.
Más allá de su música, Rodrigo también fue un símbolo de perseverancia y superación. Su origen humilde y su lucha constante por alcanzar sus sueños resonaron con el público y lo convirtieron en un ídolo popular. Su carácter genuino y su entrega en el escenario lo convirtieron en uno de los cantantes más queridos dentro del género.
A pesar de que han pasado más de dos décadas desde su trágica partida, la música de Rodrigo sigue siendo un referente del cuarteto y un recordatorio de su indomable espíritu. Sus canciones siguen sonando en las radios, en los bailes y en el corazón de aquellos que lo recuerdan con cariño. Además, su influencia se ha transmitido a las nuevas generaciones de artistas del cuarteto, quienes reconocen su legado y lo llevan consigo en su propio camino hacia el éxito.