Rayos Láser avanza hacia su sexto álbum con “El Día y La Noche”, un nuevo adelanto que encuentra a la banda cordobesa en su zona de confort: un pop de manufactura pulida, con el groove justo para mover el cuerpo sin perder la elegancia. Esta vez, la jugada incluye a Juan Ingaramo, un colaborador que no es ajeno al universo del trío y que aporta su sello inconfundible a una canción que, sin despegarse de la fórmula, deja algunos matices interesantes.
El tema arranca con un riff insistente y un beat que se desliza sin esfuerzo, como si estuviera diseñado para la nocturnidad de bares iluminados con neón. Rayos Láser juega con una estructura predecible pero efectiva: versos contenidos que se expanden en un estribillo de alto vuelo melódico. No es terreno desconocido para la banda, pero el aporte de Ingaramo agrega un contraste atractivo. Con una afinidad musical que se remonta a más de una década, la conexión entre ambos proyectos se siente orgánica, casi como si siempre hubieran coexistido en el mismo plano.
Sobre la colaboración, la banda señala que la relación con Ingaramo viene de lejos, desde aquellos días en los que compartieron escenarios y hasta una alineación en vivo donde el solista ofició de baterista. Esa camaradería se traduce en un tema que funciona más como un reencuentro que como una apuesta arriesgada. “El Día y La Noche” se mueve con un aire post-punk suavizado por la impronta pop de Rayos Láser, un sello que han perfeccionado a lo largo de su discografía y que aquí se mantiene intacto.
El videoclip, con una estética sencilla, refuerza la idea de la banda como un todo integrado con Ingaramo, sugiriendo que esta alianza podría no ser solo un episodio aislado. ¿Podría esto traducirse en futuras presentaciones en vivo? Es una posibilidad que los propios músicos dejan flotando en el aire.
El lanzamiento se suma a los anteriores adelantos “Imán” y “El Fin del Amor”, configurando un panorama claro de lo que será el próximo disco de Rayos Láser. No hay giros inesperados, pero la consistencia sigue siendo su mayor virtud. Con más de una década de trayectoria y un recorrido que los ha llevado desde el indie a los grandes escenarios, la banda sigue entregando pop bien ejecutado, sin aspavientos ni declaraciones grandilocuentes.