Nahuel Pennisi durante su show en el Teatro el Galpón de Montevideo, el 16 de octubre de 2025 | Foto: María Noel Robaina
En vísperas de cumplir 35 años, el músico argentino volvió a Montevideo con un show cargado de emoción. Entre recuerdos, proyectos y nuevas búsquedas, Pennisi reflexiona sobre su relación con Uruguay, su próximo disco y la idea de cantar para niños.
Nahuel Pennisi habla de Montevideo con una familiaridad afectuosa, casi como si la ciudad lo hubiera adoptado. “Cada vez que vengo me voy con más pila, con más ganas de seguir creciendo”, dice, todavía con la energía del concierto que lo trajo una vez más a Uruguay. El público lo hizo sentir en casa, y él lo sabe: “Fue un concierto inolvidable. Muy espontáneo, muy emotivo. Creo que de todos los que hice acá, este fue el más especial”.
El músico argentino, que ha construido una carrera a base de sensibilidad, virtuosismo y una honestidad poco frecuente en la escena actual, reconoce en Uruguay algo más que un público fiel: un terreno fértil para la inspiración.
La música uruguaya tiene corazón y mucha musicalidad. El que ama la música la disfruta tanto como el que tiene sensibilidad y emociones. Uruguay tiene eso: calidad.
Entre Jaime Roos y las nuevas generaciones
Cuando se le pregunta qué escucha, Pennisi no duda. Nombra a Jaime Roos, Nicolás Ibarburu, Martín Buscaglia, Rubén Rada. Y después, casi con el mismo entusiasmo, menciona a los nuevos: “Facu Balta, Lucas… los admiro mucho. Disfruto de todo lo que hacen”. Su lista de reproducción, dice, podría funcionar como un mapa afectivo de la música uruguaya.
Hay algo de humildad en esa voz calmada: el artista que, pese a sus logros, sigue poniéndose del lado del público. “El que es músico que ama la música lo disfruta tanto como el que tiene sensibilidad. Uruguay me mejora”, repite, con una convicción que parece más emocional que racional.
Pennisi está por cumplir 35 años. Lo dice con una mezcla de serenidad y entusiasmo, como quien ya aprendió que los números importan menos que las etapas. “Llega un año nuevo y me agarra con muchas ganas de seguir creciendo. Estoy preparando un disco nuevo, algo muy especial que estoy armando con mucha emoción, respeto y responsabilidad”, adelanta, sin revelar demasiado.
El cumpleaños, confiesa, lo encuentra reflexivo. “Estos 35 me vienen con eso de recordar mis comienzos, mis 15 o 20 años, cuando daba mis primeros pasos. Y valorar todo lo que la vida me regaló, que es mucho”.
Hace una pausa, sonríe, y lanza una frase que bien podría ser su manifiesto: “Esto recién empieza”.
¿Nuevos proyectos en puerta?
En un tramo de la conversación, Nahuel se permite una digresión que abre otra puerta: su deseo de hacer música para niños. “Teniendo dos hijos hermosos y estando rodeado de chicos, me dan ganas de aprender de ellos. La música para niños viene de una inspiración que ellos mismos nos regalan”, explica. Lo dice con ternura, pero también con respeto por un universo que, se nota, lo conmueve.
“Cuando vienen chicos a saludarme después de los conciertos, me pregunto por qué están ahí. Me emociona. Y creo que sería una linda forma de agradecer la vida, unir la música, la alegría de mis hijos y cantar para los chicos”.
Al final, Nahuel Pennisi se despide como llegó: agradecido y luminoso. “Gracias Uruguay, gracias Montevideo”, dice con una simpleza que no necesita adornos. Y queda flotando la idea de que para él (como para tantos) la música no es una meta, sino un camino. Uno que, a sus 35, apenas está comenzando.