"Por amar al amor". Miranda en vivo en la Trastienda Montevideo

Veinte años han pasado ya desde que Alex Sergi y Julianna Gattas se unieron para formar Miranda!. La primera mitad del año estuvieron girando por México, Chile, y Argentina. Ahora les tocaba cruzar la orilla.

No es la primera vez que Miranda! se presenta en Uruguay, y tampoco es la primera vez que lo hace en la trastienda. En esta oportunidad fue por partida doble. Dos shows consecutivos, con tan solo unos minutos de diferencia.
La pregunta era ¿Podrán en poco más de una hora realizar una presentación tan ambiciosa como lo es la celebración de sus 20 años y además de su nuevo disco?
¿La respuesta? Absolutamente.

Acompañados de Ludo Morell en batería y Gabriel Lucena en guitarra, sumaron sonoridad a su ritmos digitales y sintetizadores.

Dos breves shows en los que realizaron una revisión de toda su carrera musical, donde sonaron los temas más icónicos de todos sus discos. Uno tras otro, a ritmo frenético y purpurina, sonaron las canciones más destacadas de ‘Es mentira’ (2002), ‘Sin restricciones’ (2004), ‘El disco de tu corazón’ (2007), ‘Es imposible!’ (2009), ‘Magistral’ (2011), ‘Safari’ (2014), ‘Fuerte’ (2017), y por supuesto, ‘Souvenir’ (2021).

20 años y un souvenir

Si algo caracteriza a Miranda! Son sus presentaciones glamurosas y melodramáticas. Muchos cambios de vestuario y movimiento, donde el brillo está siempre presente.

A cada uno de los lados del escenario se ubican los respectivos percheros, donde cuelgan cada uno de los trajes que utilizarán durante su presentación. Siete coloridos y ostentosos trajes que variaron entre la primera y la segunda presentación.

Cerca de las 22:30 se produjo el movimiento del público. Los que disfrutaron de la primera función se retiraron, dando paso a los que llegaban para la segunda. Un desfile diverso se produjo sobre la calle Fernández Crespo. Es que el público de Miranda! no es homogéneo. Hay públicos en los que predomina la identificación a una estética determinada y uno puede relacionarla con determinado sub género musical. No es el caso del público de Miranda!

Pero si de común denominador se trata, sin lugar a dudas el baile desprejuiciado y la libertad del movimiento de los cuerpos, es lo que predomina.

Anoche la trastienda auspició de recinto liberador para los cuerpos deseosos de movimiento y diversión.

Un house noventero abrió paso a la segunda presentación del dúo. Ambos vestido de negro, con gafas al tono y un gran tul rosa que colgaba desde sus hombros hacia sus brazos, mostraron su presencia firme y enérgica, en el escenario.

Sin dudas y sin medir se entregaron los presentes, que no dejaron de bailar y cantar, fervientes de alegría, ‘Por amar al amor’.

También de su último disco, continuaron con ‘Un tiempo’. El positivismo triste, los sintetizadores golpeando duro, el gesto eufórico arrugando la nariz de Alex, el movimiento abstraído de Julianna. Así comenzaba su segunda presentación.

Fueron y vinieron recorriendo los más populares temas de sus discos, casi sin respiro, entre cambios de vestuario.

Si el rosa predominó en la primera mitad del show, para esta segunda, sacaron a relucir el color plata. Unos trajes plata viejo, satinados y relucientes ante las luces eufóricas en un movimiento incesante; que utilizaron para cantar temas como ‘Lo que siento por ti’, ‘Extraño’ y ‘Que no pare’.

Tal vez intencionalmente, tal vez casualidad, una metáfora de lo vivido anoche. Un recorrido desde los comienzos, donde el sampling predominante nos trajo al hoy y nos devolvió con la misma rapidez hacia el primer disco.

El vestuario blanco a lunares negros acompañó un electropop ochentoso. Plumas rosas y una bandera de la diversidad que Alex revoleó mientras cantaban ‘Puro Talento’, fueron las protagonistas de la segunda mitad del show.

Un pico de euforia se produjo en la electrónica ‘Entre las dos’ y un house agresivo trajo a ‘Me gustas tanto’.

Julianna hizo breves pausas mientras acomodaba las pelucas, se colocaba un collar de perlas o un largo guante rosa. Sobre el final de la noche, las casi 3 horas de energía a tope ininterrumpidas iban haciendo mella, y se le notaba el rostro cansado. Pero eso no impidió que girara sobre si como si el show acababa de comenzar, rodara por el suelo y se levantara con la misma velocidad con la que se tiró.

Alex, por su parte, fue el protagonista indiscutible de los saltos y los movimientos agresivos, en contraste con el tempo en trance de Julianna.

En los últimos 15 minutos llegó la única y breve pausa que dio paso a la presentación de la banda y las únicas palabras que pronunciaron

“Vamos a hacer una mas y no jodemos mas, no sin antes agradecerles por dejarnos vivir de nuestro sueño”.

Y terminaron donde todo comenzó, con ‘Romix’.