Marisa Monte, protagonista de la jornada del jueves en el Jazzaldia. Foto: Javier Etxezarreta
Marisa Monte, que ocupa desde hace años un puesto entre los grandes de la música brasileña, ha destilado elegancia carioca en el concierto que ha ofrecido este jueves en el Jazzaldia.
Ha sido un recital con una puesta en escena sobria, casi parca, muy diferente a la que tiene acostumbrado a su público, aunque su carisma e intensidad musical se han mostrado intactas.
En su debut en el Festival de San Sebastián, esta artista que iba para cantante de ópera optó por atender a su espíritu carioca y caminar por otros derroteros. No ha arriesgado en el repertorio.
Se han escuchado temas de siempre. Si embargo, visualmente el concierto nada ha tenido que ver con otros anteriores o con el que giró en 2022, cuando presentó su último disco ‘Portas’. En ese álbum derrochaba fantasía y preciosismo brasilero y aparecía tocada siempre con sus coronas brillantes.
Fernando Trueba, entre el público
Este jueves, Marisa Monte ha salido al escenario del Kursaal de negro riguroso con un atuendo que parecía de inspiración bolera y una rosa roja y otra blanca en el pelo casi como único adorno. La sobriedad también ha regido el diseño de luces en esta actuación, que ha contado con el cineasta Fernando Trueba entre el público.
En ese ambiente, ha recorrido su periplo artístico de más de tres décadas. Su voz de mezzo ha hecho suyos temas del Brasil de siempre, de la bossa, de los sambas y del pop. Ha estado acompañada en esta ocasión de cuatro músicos y algún apoyo pregrabado que se ha percibido en la sala.
Con una audiencia que la ha querido desde antes de que subiera el telón, el recital ha comenzado casi por el principio, con ‘María de verdade’, de su trabajo “Verde, anil, amarelo con carvao”, de 1994.
Con su característico movimiento de brazos, ha continuado con las bellísimas ‘Vilarejo’ e ‘Infinito particular’, del disco del mismo nombre que publicó en 2006, el mismo día que sacó al mercado ‘Universo a meu redor’, un homenajeó al samba.
Dramática y divertida
Marisa Monte se ha mostrado casi dramática en su interpretación de la ‘Danca da solidao’, del sambista Paulinho da Viola. Y ha estado divertida en ‘Diariamente’, de otro de sus primeros discos.
Unas de las pocas palabras que ha dirigido desde el escenario han sido para presentar el tema ‘Carinhoso’, de Pixinguinha, “que es como un himno para los brasileños”, ha dicho. La canción ha sido coreada por algunos de los compatriotas que han asistido al concierto.
Y así, Marisa Monte ha seguido alternando temas antiguos como ‘Eu sei’ o ‘De mais ninguem’ con algunos de su último disco ‘Portas’, como ‘Pra melhora’.
No ha olvidado algunas de las canciones que interpretó en el trío Tribalistas que integró con Carlinhos Brown y Arnaldo Antunes y que han sido de las más aplaudidas.
‘Velha infancia’ ha sido la primera canción de Tribalistas que ha cantado la artista de Río de Janeiro. A esta le han seguido la invitación al carnaval que supone ‘Carnavalia’ y ‘Ja sei namorar’, su segundo bis con el que ha cerrado el concierto y ha puesto al público a bailar.
Primer día de ‘la Trini’
Un sonido bien diferente es el que ha sonado esta noche los conciertos de la Plaza de la Trinidad, otro de los escenarios de pago junto a San Telmo, el museo donostiarra donde el contrabajista estadounidense William Parker ofreció el primero de sus tres recitales programados en esta edición.
El encargado de abrir este emblemático escenario del la Parte Vieja donostiarra ha sido el cuarteto integrado por el saxofonista Chris Potter, Brad Mehldau, uno de los pianistas más destacados de los últimos 20 años, junto con el contrabajista John Patitucci y la batería de Jonathan Blake en la batería.
Un conjunto que acaba de publicar este año el disco ‘Eagles Point’ con ocho temas originales de Chris Potter en los que se integran las voces diferentes de cada uno de ellos para obtener un resultado compacto e integrado.
Les ha sucedido en el escenario Youn Sun Nah, nacida en Corea y que recibió su enseñanza musical en París, que ha presentado su disco “Elles”, un homenaje a las mujeres del jazz y otras cantantes como Bjork o Grace Jones.