K4OS y el eterno debut: “4EVER” llega con brillo, beats y una promesa de inmortalidad pop

K4OS

El cuarteto argentino lanza su primer álbum de estudio y anuncia un show en el Teatro Gran Rex. “4EVER” es una declaración de amistad, energía y marketing digital que intenta convertir la efervescencia juvenil en legado.

En tiempos donde el pop argentino parece debatirse entre el sentimentalismo melancólico y el algoritmo, K4OS irrumpe con 4EVER, su esperado álbum debut. El grupo (Tau, Ine, Mechi y Lily) viene construyendo su identidad a pulso de coreografías virales, looks sincronizados y una narrativa de sororidad que podría haber salido del manual de Disney Channel para la Generación Z. Pero en su intento por eternizar la amistad y el empoderamiento, la pregunta es si el resultado logra trascender el envoltorio.

El disco, producido por OHMYPOP (Lucas Murúa) junto al propio cuarteto, se presenta como un compendio de 14 canciones donde la palabra “energía” parece ser el hilo conductor. Desde el sencillo principal, “Té Kila” (un juego de palabras que probablemente suene mejor en el hashtag que en el estribillo) hasta cortes más ambiciosos como “Crimen” o “Me costó el corazón”, el grupo apuesta por una estética de pop maximalista, de producción pulida y vocación global.

Hay algo deliberadamente cinematográfico en 4EVER: cada tema parece pensado para acompañar una escena distinta del coming-of-age colectivo que K4OS viene narrando desde sus inicios. No es casual que el lanzamiento se haya hecho en un cine (el Cinemark del DOT) con visualizers proyectados en pantalla gigante y una audiencia de fans e influencers que aplaudía cada intro como si fueran los créditos iniciales de una película que ya conocen de memoria.

Sobre K4OS

K4OS nació, como casi todo proyecto pop contemporáneo, entre TikTok, realities y un fandom hiperconectado. Su fortaleza está en esa autenticidad performática que mezcla humor, vulnerabilidad y camaradería. Pero 4EVER muestra también los límites de ese modelo: por momentos, el álbum suena más a la banda sonora de su propio contenido que a un proyecto musical con vida propia.

No es que falten ideas (“Censura” juega con un beat más oscuro y “Fetch” coquetea con el hyperpop de Charli XCX), pero la producción no siempre les permite respirar. Cada pista busca ser un single, cada coro una consigna. En esa saturación de hooks, se pierde un poco la frescura que caracterizó sus primeros lanzamientos, como “Caos” o “Extra”, donde el grupo todavía parecía descubrir su tono en lugar de consolidar una marca.

La promesa de 4EVER es la permanencia: la idea de que cuatro amigas pueden escribir su nombre en el ADN del pop argentino. Es un gesto noble, pero también predecible. En su búsqueda por trascender, K4OS reproduce con precisión quirúrgica los códigos del pop internacional (de Little Mix a BLACKPINK) sin terminar de romper el molde local. El resultado es un álbum que suena impecable, sí, pero que rara vez sorprende.

Aun así, hay momentos de genuina emoción. “Adn” (Mechi & Tau) y “Los dos” (Lynette & Ine) ofrecen pequeños desvíos hacia lo íntimo, donde la interpretación gana sobre la coreografía. Es en esas grietas donde K4OS parece realmente humano, menos preocupado por el legado y más por la conexión.