El pop de los años 80 sigue siendo una de las fuentes de inspiración más queridas y duraderas para los artistas actuales, y con “Igual”, Juli Obregón y Verónica Terrés logran una actualización fresca de esos sonidos que marcaron una época. Esta colaboración es una obra que transporta al oyente a una época dorada de sintetizadores y melodías pegajosas, todo mientras se mantiene fiel a las influencias contemporáneas que definen la escena pop actual.
La canción es un tema sobre un amor que no pudo ser y que dejó una estela de sueños rotos. En sus letras, las dos artistas nos invitan a revivir el eco de lo que pudo haber sido, con una melancolía palpable y una sensación de aceptación de lo inalcanzable. “Igual” no se limita a una simple balada de desamor; es un recorrido por los recuerdos de una historia que, aunque no se concretó, dejó una huella profunda.
Juli Obregón sigue demostrando por qué es una de las artistas más prometedoras de la escena musical argentina. A los 19 años, su carrera ya está repleta de logros, entre ellos, más de 20 millones de reproducciones en plataformas digitales y un ejército de seguidores que crece constantemente. Su reciente reconocimiento con el Premio Ibera a Mejor Artista resalta muestra como viene ganando terreno en un mercado cada vez más competitivo. Juli comenzó su carrera a una edad tan temprana. A los 4 años ya mostraba su talento.
Por otro lado, Verónica Terrés, una joven promesa del pop español, se mantiene firme en su carrera, construyendo un sonido propio que resuena en su último lanzamiento. “Igual” es la primera canción de 2025, lo que marca el inicio de una etapa aún más ambiciosa en su carrera.
La producción de “Igual” es un juego de texturas y elementos que recuerdan a los sintetizadores y las atmósferas electrónicas de los años 80, pero con una pulida contemporaneidad. El uso de la instrumentación digital, que se despliega junto con las voces de las dos artistas, permite que la canción mantenga una energía melancólica.
Es fascinante ver cómo ambas artistas logran fusionar sus estilos de una manera tan fluída. A pesar de venir de dos mundos musicales diferentes, Obregón y Terrés tienen una química que se hace evidente. Sus voces se entrelazan perfectamente, creando una armonía que transmite tanto la tristeza de la historia como la belleza de la amistad que inspiran las letras.