El compositor argentino Gustavo Cordera presentó el pasado 10 de setiembre un EP con cuatro canciones adelanto de su próximo trabajo discográfico. Es una mirada de libertad, las visiones de cuerpo libre de ropas es una clara analogía al despojo de las miradas conservadoras de la sociedad.
Esta primera parte en salir a la luz tiene un sonido típico de Cordera, un estilo de música que te hace mover los pies sin que te des cuenta. Hay un trasfondo musical de vientos que puede sonar a circense. En ‘El Baile de los Bichos’ el bajo tiene el swing. Sus notas van saltando de traste en traste como un juego para hacernos bailar.
En la canción ‘El Baile del Esclavo’ la música se vuelve digital. El sonido es más estructurado y de una sonoridad más electrónica. Una muestra de esa faceta artística que lleva el compositor, un músico más completo cada vez que se anima a explorar otros sonidos.
Las letras, como suele suceder con Cordera van desde la espiritualidad al amor más duro y crudo. Es poético y directo a la vez. Sus metáforas son sencillas y comprensibles. Lo cual lo hace un músico cercano.
Habla como nosotros, como vos o como yo. El trabajo es muy bueno. Cordera tiene mucho para decir. Y él quiere mostrar como evoluciona, no solo su arte, sino también su conciencia y su alma.
Un humano, como todos, en busca de sí mismo. Un quiebre desde su separación de Bersuit.
El final de Bersuit Vergarabat y el camino de Cordera hacia la luz interior
En 1987 en La Casa de las Artes de la Vieja Avellaneda ensayaba un grupo de rock llamado ‘Los Prehistóricos’. A ese lugar arriba Gustavo Cordera recién llegado de Brasil, luego de abandonar los estudios universitarios y es invitado a participar de la banda.
Ya en 1988 empiezan a tocar juntos en distintos lugares, por ese entonces se llamaban ‘Henry y La Palangana’. El éxito en el circuito underground crecía con cada presentación. Por esa época empezaron a usar pijamas como vestuario en homenaje a los pacientes del Hospital psiquiátrico Borda. Aunque años más tarde esta teoría de los pijamas fuera desmentida.
En 1990 sale el primer disco de la Bersuit Vergarabat, ya con el nuevo nombre y algún integrante que se sumaba. En ese mismo año realizan un show en el Estadio de Obras Sanitarias, pero no tuvo buena recepción en el público.
Pasarían tres años hasta la salida de su segundo disco. Luego de unos meses de lanzado el trabajo, algunos de los integrantes de la banda abandonan el proyecto. Y se suman otros. Dado el éxito inesperado y rápido de la banda algunos de los integrantes comienzan a tener problemas con las drogas. Como es el caso de Cordera.
Ya a mediados de los años 90 los problemas de Gustavo con las drogas lo llevaron a vivir en casas abandonadas e incluso llego a vender sandwiches en la vía pública o robar comida en los supermercados. Estos tiempos difíciles hicieron surgir el rumor de la separación de la banda, aunque sus integrantes se encargaron de desmentir cualquier rumor.
En 1996 sale el tercer disco y con este trabajo vuelve el éxito. La banda participa de varios festivales multitudinarios, y se gana definitivamente un lugar en la escena del rock argentino.
En 1998 sale ‘Libertinaje’ producido por Javier Santaolalla, y sin dudas que este trabajo explotó a todo nivel, éxito de ventas, reconocimiento internacional y varios premios.
Bersuit se hallaba en lo más alto. Un año más tarde la canción ‘Sr Cobranza’ sería censurada por su lenguaje explícito y soez, una letra que habla sobre los abusos del Estado, la corrupción política y el poder. Esta canción compuesta por Las Manos de Filippi terminó generando un problema entre las bandas.
Bersuit siguió adelante, haciendo equilibrio. La fama y el éxito les fueron difíciles de manejar. Y los egos generaban choques una y otra vez. Hacia el año 2009 la banda decide generar un espacio para que cada uno siguiera con sus proyectos personales. En un principio no sería una separación definitiva. Pero el tiempo terminó marcando otra cosa. O no. En realidad el frontman de la banda, Gustavo Cordera jamás volvería a La Bersuit aunque ellos se volvieron a juntar y siguen haciendo música.
Definitivamente había empezado una nueva etapa para Gustavo Cordera. Por ese entonces ya se encontraba viviendo en La Paloma, Rocha, Uruguay. Lugar paradisíaco junto al océano Atlántico. Y desde ese lugar continuo con su carrera solista. Sobre todo ese tiempo y ese lugar generaron un cambio profundo dentro del espíritu del compositor. Un lugar alejado de las grandes ciudades le daba el espacio justo para comenzar con un camino introspectivo, que luego se vería reflejado en los trabajos discográficos.