FMK está jugando con las reglas del género. Con 8PM, su primer lanzamiento del año, el argentino da un paso inesperado hacia la música electrónica, fusionando ritmos afro y bajos que golpean con una intensidad calculada. Es un movimiento arriesgado para alguien que ha navegado cómodamente en la escena urbana, pero si algo ha demostrado hasta ahora es que no le teme a la evolución.
El track, producido en Miami por Estani, suena como si hubiera sido diseñado para un club sudoroso, justo en ese momento de la noche en que la energía se eleva y la música se vuelve hipnótica. Hay ecos de house y percusiones tribales que le dan un swing particular, una estructura sonora que se aleja del FMK más melódico y romántico, pero sin perder la esencia que lo conecta con su audiencia.
Sin embargo, no todo es baile. 8PM explora el vaivén emocional de una relación en el limbo, esa zona gris donde el deseo y la incertidumbre chocan constantemente. En un panorama donde la música urbana suele inclinarse por la afirmación directa del amor o el desamor, FMK elige el terreno intermedio, donde las cosas no están claras y las emociones flotan sin resolución.
El videoclip fue dirigido por Agustín Portela. La imagen y el sonido van de la mano en esta nueva fase del artista, en la que parece decidido a experimentar sin ataduras.
¿Es 8PM un hit inmediato? Tal vez no en los términos convencionales. Pero lo que es innegable es que FMK está construyendo algo más grande que un simple éxito pasajero: un sonido propio dentro de una industria que constantemente recicla fórmulas. Si este es el primer adelanto del año, lo que viene promete ser aún más interesante.
