Emanero estrenó “Mala Mujer”

emanero estrenó mala mujer

Por más que el beat invite al movimiento, hay algo en “Mala Mujer” que pide ser escuchado solo, sin testigos. El nuevo single de Emanero se apoya en una contradicción tan vieja como la pista de baile: la de mover el cuerpo para no pensar, aunque cada palabra golpee con precisión de bisturí.

Emanero esta vez se aventura al merengue, y lo hace sin la red de colaboraciones a la que nos tenía acostumbrados en sus últimos lanzamientos. Acá no hay feats, no hay voces amigas que suavicen el golpe. Solo está él. Él y la letra que escupe con voz áspera, dolida pero templada, como quien ya lloró lo que tenía que llorar y ahora se sienta a contar la historia con una cerveza caliente en la mano.

La elección del merengue no es inocente. Emanero invierte la lógica del género para convertirlo en vehículo de despecho, resignación y revancha emocional. Y eso, por raro que parezca, le sienta bien. Como si hubiese entendido que a veces la única forma de que el dolor no duela tanto es camuflarlo entre trompetas y percusiones veloces.

No estamos ante un tema revolucionario en lo sonoro —el arreglo es efectivo, sí, pero no arriesga—, sino ante una interpretación que gana cuerpo desde la actitud. El mérito está en cómo se apropia del formato y lo hace suyo, sin impostaciones. No busca parecer dominicano, ni se disfraza de fiesta caribeña. El merengue de Emanero suena a Buenos Aires, a madrugadas mal dormidas y a mensajes que no deberían haberse enviado nunca.

La letra, por su parte, es directa, sin barroquismos ni vueltas poéticas. Acá no hay metáforas rebuscadas ni intentos de lírica elevada. Hay frases que uno podría escuchar en la mesa de un bar, dichas entre dientes: “Mala mujer, cómo pudiste hacer lo que hiciste”. En eso reside también parte de su fuerza: en la falta de pretensión. Es un tema confesional en clave bailable, y funciona porque no pretende ser más que eso. El tipo que no pide perdón por sentir, pero tampoco busca redención. Que se muestra herido, pero no vencido. El que lanza una canción sobre el dolor de una traición, y la mete en un ritmo que podría sonar en una boda.

Ahora bien, si hay algo que Mala Mujer deja claro es que Emanero no está interesado en dormirse en los laureles de su éxito reciente. Luego de dos Luna Park y dos Movistar Arena llenos en 2024, y de pisar escenarios masivos como Villa María y El Durazno, El Último Sinvergüenza Tour lo llevará por varias ciudades del país y también por Uruguay.