El regreso de Los Piojos no se detiene. Luego de agotar todas las localidades para su primer show en River en apenas 60 minutos, la banda suma una segunda y última función el 22 de junio.
Desde que confirmaron su vuelta a los escenarios en diciembre de 2024, Los Piojos vienen protagonizando uno de los fenómenos más impactantes del rock argentino en la última década. La repercusión de su regreso no solo se midió en redes o titulares: más de 400.000 personas ya los vieron en vivo en menos de cinco meses.
El anuncio de su primera fecha en el Estadio Monumental fue recibido como una celebración masiva. En apenas una hora, todas las entradas fueron adquiridas. Frente a esa respuesta inmediata, la banda confirmó un segundo show en el mismo lugar, el domingo 22 de junio, para cerrar este ciclo con un fin de semana completo de reencuentro con su público.
La ruta del regreso
Los Piojos estructuraron un regreso con todas las letras. Siete funciones colmadas en el Estadio Único de La Plata. Un cierre electrizante en Cosquín Rock. Tecnópolis repleto en el marco del Quilmes Rock. Rosario, Mendoza y ahora también el Parque de la Ciudad, donde agotaron dos funciones más antes de confirmar su retorno al Monumental.
La gira parece diseñada como una respuesta contundente a la pregunta que sobrevolaba desde su disolución en 2009: ¿todavía hay espacio para el rock barrial en el mapa actual de la música argentina? Los números, y las voces que corean sus canciones noche tras noche, dicen que sí.
Aunque sus integrantes siguieron caminos diferentes, la figura de Los Piojos nunca desapareció del todo. Las canciones sobrevivieron en canchas, fogones, playlists y recitales ajenos. Temas como Tan Solo, Como Alí o Verano del ’92 se mantuvieron presentes en la memoria colectiva.
En ese sentido, el regreso no fue tanto una sorpresa como una consecuencia natural. La demanda estaba latente. Faltaba apenas el momento justo para abrir nuevamente la puerta.
El estadio de River Plate tiene un lugar especial en la trayectoria de Los Piojos. Allí vivieron algunas de sus noches más significativas. Volver a ese escenario, más de una década después, no solo implica una escala final: representa un ritual de cierre para este nuevo capítulo.
La segunda fecha en River será el broche definitivo de este reencuentro, que más que un regreso es una reafirmación de lo que la banda fue y sigue siendo: un símbolo del rock nacional en su versión más cruda, auténtica y popular.