Louta estrena “No sé quién sos” junto a Bizarrap

LOUTA estrena "No sé quién sos" junto a Bizarrap

Louta vuelve a desordenar las piezas con un adelanto que no se parece a nada, aunque a ratos parezca querer parecerse a todo. “No sé quién sos”, su flamante colaboración con Bizarrap, es una rareza cuidadosamente planeada: un muñeco de plástico lanzado al abismo existencial de una pista pop mutante.

Louta hace lo que mejor sabe: provocar una incomodidad estimulante. No por shock, sino por el extrañamiento suave que dejan sus obras. Este primer y único adelanto de su próximo disco “Un instante” es una escena abierta de una obra mayor, un recorte que no explica sino que sugiere. Y en esa sugerencia, en ese “no sé”, se apoya todo su poder.

Lo más llamativo (o quizás lo más esperado) es la presencia de Bizarrap. Pero esto no es una “Bzrp Session”. No hay punchlines, no hay formato viral preensamblado. Acá el productor se mimetiza con el universo loutiano, se amolda a sus formas curvas y surrealistas. La base que construyen juntos no se resuelve en un drop o en un beat reconocible: suena más a collage que a hit. Es electrónica a medio armar, con capas que se disuelven y reaparecen. Si alguien esperaba fuegos artificiales, puede quedarse mirando el cielo en silencio.

En cuanto a la letra, Louta elige la ambigüedad como trinchera. “No sé quién sos, pero te quiero encontrar” es un verso tan simple como expansivo. ¿Es una declaración de amor en clave cyborg? ¿Una reflexión sobre las identidades digitales? ¿Un loop emocional entre dos cuerpos perdidos en la nube? Puede ser todo eso, o ninguno. La canción no responde, pero tampoco se esconde. Solo baila.

El videoclip (dirigido por el propio artista) refuerza esa sensación de limbo entre realidades. Versiones muñeco de Louta y Biza coexisten con sus alter egos humanos. Hay algo ligeramente perturbador en esa duplicación: los muñecos no actúan, los humanos sí. ¿Quién manipula a quién? ¿Y quién se divierte más?

Hay también un guiño no tan críptico a la nostalgia infantil. El plástico, la pose, el artificio: Louta no tiene miedo de tocar los límites del ridículo, porque sabe que ahí está el oro. La ironía nunca es cinismo. Es más bien una distancia saludable. Una forma de decir “esto no es en serio, pero tampoco es una broma”.