Han pasado más de tres décadas desde que Eric Clapton se subió a un pequeño escenario en los estudios Bray de Windsor, Inglaterra, para grabar lo que se convertiría en una de las actuaciones más icónicas de la historia de la música. Ahora, ese legendario concierto, que redefinió el formato acústico y dio un giro a la carrera del guitarrista británico, regresa a la gran pantalla con una versión remasterizada y extendida: Eric Clapton Unplugged… Over 30 Years Later.
El evento, que originalmente fue parte de la serie MTV Unplugged, terminó convirtiéndose en el álbum en vivo más vendido de todos los tiempos, con más de 26 millones de copias despachadas alrededor del mundo. Aquella grabación cruda y sin artificios capturó la esencia de un artista en duelo, procesando la pérdida de su hijo Conor a través de canciones como la desgarradora Tears in Heaven. Pero también fue un homenaje a sus raíces, con interpretaciones de clásicos del blues que demostraban que Clapton no solo era un virtuoso de la guitarra eléctrica, sino un narrador musical con profundidad.
Lo que trae la nueva versión
La película, que se proyectará en cines seleccionados en Estados Unidos y Reino Unido el 27 y 28 de enero, y que luego llegará a streaming a través de Paramount+ el 12 de febrero, incluye material inédito, entrevistas y momentos entre bambalinas que nunca antes se habían visto. También se ha recuperado la actuación de la banda previa a la entrada de Clapton en escena, ofreciendo una nueva perspectiva sobre el contexto y la atmósfera de aquella noche mágica.
Además, la nueva mezcla de sonido promete una experiencia aún más envolvente para los fanáticos, especialmente en salas equipadas con tecnología Dolby Atmos. La legendaria interpretación acústica de Layla, que tomó una forma más íntima y melancólica en comparación con su versión original con Derek and the Dominos, sigue siendo el punto culminante del espectáculo.
Antes del Unplugged, la carrera de Clapton atravesaba una encrucijada. A pesar de ser una leyenda viviente, sus discos de los años 80 no habían tenido el mismo impacto que sus trabajos anteriores. Pero con este show, todo cambió. El álbum no solo le valió seis premios Grammy, sino que también le permitió reconectar con una audiencia que, quizá, lo veía más como un guitarrista virtuoso que como un cantante con historias que contar.
Desde su lanzamiento en 1992, este disco ha servido como un punto de referencia para los artistas que buscan explorar su esencia sin la necesidad de grandes producciones. Su influencia sigue vigente, y su éxito pavimentó el camino para que otros músicos se atrevieran a desnudar sus canciones y presentarlas en su forma más pura.