Scorpions en Madrid: Veteranía y oficio a falta de vigor

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Scorpions durante el concierto ofrecido este martes en el WiZink Center, en Madrid. EFE/Mariscal

Scorpions, la veterana banda alemana de heavy metal, visitó Madrid con la gira del 40 aniversario de su álbum ‘Love at first sting’ con un espectáculo resuelto con oficio, pero que evidenció su longevidad.

El WiZink Center fue el lugar elegido por los alemanes, en la tercera fecha de las cinco elegidas por la banda en España, tras Valencia, donde desembarcaron el jueves 12 de julio, y Chiclana de la Frontera (Cádiz), en el Concert Music Festival, el pasado sábado.

Unos Scorpions que, con casi seis décadas de vida como banda, mostraron que su profesión sigue intacta, así como su tirón social, con más de 14.000 asistentes, según la organización, que poblaron el recinto madrileño.

Con un escenario coronado por un semicírculo de focos alrededor del podio de la batería, la banda compuesta por su formación habitual de batería, dos guitarras, voz y bajo, apareció poco después de las 21:30 en el recinto de la Plaza de Felipe II con los acordes de uno de los himnos de ‘Love at first sting’, ‘Coming Home’, que significó la primera píldora para enardecer a sus fieles.

Ecos de la Eurocopa

Un escueto “Hola España” sirvió como saludo de un especialmente estático sobre el escenario Klaus Meine, ataviado con chaqueta de cuero, gorra negra y gafas de sol, después de haber sufrido una operación espinal a principios de este año.

Su desempeño vocal, también lejos de su mejor momento, tampoco pareció afectar al público, dispuesto a vivir una noche especial con una de las mayores leyendas del rock.

Meine también tuvo palabras de enhorabuena por el triunfo de la selección española en la Eurocopa, en uno de los escasos momentos fuera del guion previsto de un concierto marcadamente pautado y encorsetado con un repertorio inamovible.

‘Bad boys running wild’ significó el primer momento de conexión con el público, que esperaba con ansia los mayores éxitos que no tardarían en llegar, con las baladas ‘Send me an angel’ y ‘Wind of change’, esta última, coreada al unísono por todo el pabellón.

‘Tease me please me’ elevó la energía en la pista para iniciar una sección en la que no faltaron ‘The same thrill’, ‘Blackout’, o ‘New Vision’ y con sólo de batería incluido que encendió a los asistentes.

Sólo quedaba esperar a la aparición, tras el tradicional parón de los bises de su otro gran éxito universal, ‘Still loving you’, tema con el que Meine más sufrió vocalmente, y que sirvió para cerrar, junto a ‘Rock you like a hurricane’, un concierto efectivo que los alemanes regalaron a sus seguidores.

Algo más de hora y media de rock y de excesos del heavy metal, con solos de guitarra infinitos y nostalgia en grandes cantidades, en una cita que sirvió para disfrutar de himnos del rock clásico y rendir pleitesía a unas leyendas de la música cuyo adiós se presume cada vez más próximo.