Miley Cyrus se alzó como una de las grandes protagonistas de la 66ª edición de los premios Grammy, marcando un hito en su ya destacada carrera. Es que la artista se llevó a casa dos de los galardones más codiciados.
La ceremonia de este año se tiñó de un significado especial para Cyrus, quien, tras 16 años de una carrera llena de éxitos, innovaciones y transformaciones, obtuvo su primer Grammy. Su sencillo “Flowers”, que dominó las listas de éxitos durante todo el 2023, fue el responsable de este triunfo, galardonándose como “Mejor Actuación Pop Solista” y “Grabación del Año”. La entrega de estos premios, a manos de Mariah Carey y Meryl Streep, no hizo más que aumentar la magnitud del momento.
La noche fue también el escenario para una de las actuaciones más memorables de Cyrus. Vistiendo un espectacular diseño de Bob Mackie, quien en su día vistiera a la legendaria Tina Turner, Cyrus rindió homenaje a esta última con una actuación que no solo capturó la esencia del rock de los 80, sino que también demostró su inigualable presencia escénica. Su versión de “Flowers” se enriqueció con una emoción palpable, especialmente cuando, en un giro lírico espontáneo, celebró su victoria en los Grammy, desatando la euforia del público.
Cyrus, siempre fiel a su espíritu rebelde y rockero, cerró su actuación con un gesto audaz al lanzar el pie de micrófono al suelo, una declaración sin palabras de su formidable energía en el escenario.
La emotividad no se detuvo en la actuación. Al recibir su primer Grammy, Cyrus compartió su emoción y gratitud. Usando la metáfora de un niño y una mariposa, describió su viaje hacia este logro, una espera llena de paciencia y esperanza que finalmente se materializó en su “mariposa”, el premio tan anhelado. Con humor y una pizca de ironía, su segundo discurso de aceptación recordó a los espectadores la personalidad única y auténtica de Miley.
“Muchas gracias a todos, no creo que me haya olvidado de nadie. Pero puede que me haya olvidado la ropa interior, ¡Bye!”