“Mi niña, no es malo morir. Se bien que el tiempo se acabó pero no tu alegría; es solo el arte de la vida”, canta Camilú a capella mientras se escucha de fondo, como las olas del mar besan la arena. La intro de ‘Que me duela’, su último disco, es la despedida a la niña que fue, la que abre paso a una mujer que compone desde la madurez de quien ahonda en sí misma para trazar el camino por el que desea transitar.
Afirma que este segundo disco es el primer paso firme de su carrera. “Este disco me agarró en un proceso de crecimiento muy importante. Siento que dejé de ser una niña y de contar las historias desde ese lugar para ahondar en mí misma e ir a la raíz de esos dolores que yo siempre dejo ahí plasmados en mis canciones tristes… Y por eso es tan importante” – nos cuenta en el lobby del Hotel Cottage Carrasco, donde se hospeda.
La luz que atraviesa los cristales ilumina su rostro relajado, sonriente. Mientras habla, siempre sonriente, reafirma sus palabras con un movimiento envolvente de manos, que culmina generalmente en su pecho. Nada en ella parece forzado.
Camilú viene de cantar en México como artista invitada de Ruggero. Abrió sus shows en Guadalajara, Querétaro, Puebla y CDMX. A Uruguay es la primera vez que presenta sus canciones y el primer país que visita con su tour “Que me duela”.
“Para mí es una locura. Hay mucha gente que me escribe y con la que me conecto hace muchísimo tiempo desde las redes, y de pronto verlas y escuchar a la gente cantar mis canciones es una locura, la verdad. Son las primeras veces que me estoy topando con eso. Es muy hermoso. Es lo más lindo, creo, de hacer música. El encuentro en vivo.”
Desde que comenzó haciendo canciones, su carrera ha crecido exponencialmente. De adolescente, si bien ya escribía sus propias canciones, subía covers a las redes sociales. Poco a poco la música fue ganando más espacio y lo que comenzó como un hobbie, se transformó en un camino claro a seguir. Llegaron los shows, su primer EP y hoy está presentando su segundo disco, en esta que es su primera gira. Fue aprendiendo en el camino, y como resalta, continúa haciéndolo.
“Se aprende todos los días y siempre hay muchísimo más por aprender. Pero para el primer disco yo no sabía lo que era sentarme con un productor, ni siquiera sabía bien qué es lo que buscaba en cuanto a sonido. Tampoco me animaba demasiado a expresarme, las canciones eran canciones mucho más adolescentes. Las primeras canciones que saqué, algunas las había escrito a los 14, 15 años y fue como juntar todas esas y ver cuáles canciones sacaba“.
Reafirma la idea de que con este segundo disco, tuvo un crecimiento muy importante como artista.
Pensando en este segundo disco, que fue todo un proceso creativo. A la hora de armarlo ¿hubo algo que sintieras que no se podía dejar fuera?
Yo creo que la composición siempre se va a ver teñida por todo lo que uno viva. Cualquier tipo de experiencia te nutre para después escribir. Hay muchas canciones que las empiezo en la calle porque la cabeza como que sale y se va para otros lugares. Todo va alimentando la creatividad, el movimiento alimenta la creatividad; y después cuando uno se sienta a escribir, tenés un poco de todo eso.
A mí me gusta hacerlo de manera intuitiva y ver que sale, que me nace; y siento que ese es el lugar más genuino desde donde uno puede construir una canción.
En este disco, mezclas la balada con otros géneros. En futuros proyectos, ¿seguirás dentro de esta línea o se vienen cambios?
Siempre trato de ir cambiando un poco el rumbo. De hecho ya estoy escribiendo canciones para lo que viene. Tengo ganas de este verano meterme a full con el próximo disco. Tengo un montón de canciones pero que tengo que seguir desarrollando. Son canciones súper distintas. Claramente las raíces están, siempre hay un poco de las primeras canciones también, pero trato de pegar esos volantazos porque son los que me hacen sentir como viva, los que me renuevan las energías para al momento de lanzar una canción.
Y no solo en el género y en la producción, sino también en tratar de contar las cosas desde un lugar distinto y escribirlas de una manera distinta. Que te suene distinto cada vez que vayas a escuchar una canción.
Tu manera de interactuar con el público es muy cercana y genuina, y en tus letras hay muchas cosas que parecen muy cotidianas. ¿Vos creés que por eso le llegas tanto a la gente? Porque es impresionante la calidez que tiene tu público contigo.
Si. Me gusta acercarme mucho a la honestidad y al sentimiento más puro. Y me gusta ser clara y sencilla en la manera de escribir. Creo que igual eso va cambiando constantemente cuando uno va creciendo, porque te vas nutriendo de otros artistas, y uno va conociendo y va teniendo más vocabulario. Pero lo que más naturalmente siempre me nació es escribir con palabras súper simples.
Me parece hermoso. A mí me encanta escuchar esas canciones que te hablan con las palabras que todos hablamos. Y siento que sí, que puede tener que ver eso. Y también que yo trato de contar las historias para transmitir un mensaje y para acompañar de alguna forma. Porque la música es un canal muy grande.
¿Qué te ha dejado todo lo que viviste en esta gira?
Ya me estoy poniendo un poco triste porque es como que se está terminando. Igual se van a abrir nuevas fechas y vienen cosas increíbles, pero me dejó mucho aprendizaje, en todos los aspectos. Todos los escenarios son distintos, todos los públicos son distintos. Es muy loco el acercamiento con la gente y notar todo eso que uno genera. Hay una responsabilidad muy grande. Hay gente que se te acerca llorando desde un lugar súper sensible y siento que es un compromiso también.
Eso, muchísimo aprendizaje y sobre todo muchas ganas de hacer algo distinto. A mí me gusta estar cambiando constantemente, desde la producción de una canción a las propuestas de un show. Siempre hay nuevas maneras de hacer.
¿Y si tuvieras que definir la música en vivo? ¿Qué me dirías?
Intimidad. Se me vino esa palabra. Para mí es un momento muy íntimo porque voy con mi corazón al escenario. Salgo con un montón de emociones, siempre con un nudo en la garganta. A contar las historias y a tratar eso de estar como bien conectada para compartirlo desde un lugar honesto y desde lo que me esté pasando en ese momento.
Para mí el show es todo eso. Es como hacerme cargo de todo un ritual que sucede cada vez que me subo en el escenario y es conectar con el público que esté en ese momento ahí. Para mi son muy íntimos los shows.
¿Cómo definirías hoy a Camilú como artista?
¿Quién es Camilú? Todos los días algo distinto. No sé, todavía me estoy descubriendo. Creo que es una búsqueda súper infinita ¿no? No sé si puedo definirme, pero todo el tiempo estoy en la búsqueda de hacerme cada día un poquito más fiel. Cuesta, porque uno también está relacionándose constantemente con tanta gente, la exposición, la carrera del artista que viene un poco moldeada dentro de un montón de parámetros.
Camilú se presenta hoy en la Sala Magnolio de la ciudad de Montevideo. Lleva su guitarra al hombro, sus historias más honestas y la ilusión de quién comparte su universo sonoro, como tesoro más preciado.