Hoy se cumplen exactamente veinte años desde que Coldplay lanzó su segundo álbum, ‘A Rush Of Blood To The Head’. Desde entonces, el álbum ganador de múltiples premios Grammy, ha vendido más de 17 millones de copias en todo el mundo.
Para conmemorar el aniversario, la banda ha lanzado una versión mejorada en 4K del icónico video dirigido por Jamie Thraves para ‘The Scientist’, que ha sido restaurado y Re graduado a partir de las películas originales de 35 mm.
El álbum completo, que incluye los sencillos ‘In My Place’, ‘The Scientist’, ‘Clocks’ y ‘God Put A Smile Upon Your Face’, también se ha mezclado recientemente para Dolby Atmos. La versión Dolby Atmos está disponible para escuchar ahora en Apple Music, Amazon y TIDAL.
Coldplay también ha contribuido con recuerdos sobre el álbum y su grabación para Spotify. Se pueden ver en la playlist This Is Coldplay de la banda.
Una mirada en profundidad a Rush of blood to the head
Al sumergirse en el abismo melódico que es ‘A Rush of Blood to the Head’, es imposible no sentir la magnitud de su ambición. Desde las primeras notas de ‘Politik’ hasta los últimos acordes de ‘Amsterdam’, la banda británica nos lleva en un viaje a través de un paisaje sonoro repleto de introspección y una belleza melancólica que se adhiere al alma.
Chris Martin y compañía han logrado construir un álbum que trasciende las barreras del pop-rock convencional, ofreciendo un conjunto de canciones que no solo se disfrutan, sino que se sienten. ‘In My Place’, con su inconfundible riff de guitarra, se convierte en un himno para los corazones perdidos, mientras que ‘The Scientist’, con su emotiva progresión de piano, nos invita a reflexionar sobre el amor y el arrepentimiento.
Sin embargo, ‘A Rush of Blood to the Head’ no se limita a explorar las sombras del alma humana. ‘Clocks’ se erige como un recordatorio de que la vida sigue adelante, independientemente de los obstáculos que se presenten. De manera similar, ‘Daylight’ irradia una energía positiva que contrarresta la melancolía presente en otros tracks del álbum.
La producción del álbum, a cargo de Ken Nelson y Coldplay, es impecable. Cada nota, cada acorde, y cada beat están cuidadosamente elaborados para crear una atmósfera que captura la esencia de las letras y la emotividad de la interpretación de la banda.