Sin música en vivo: una vida impensable.
El mundo se vio azotado por un virus que cambió la forma de vivir. Las grandes industrias se vieron seriamente afectadas. Y eso incluye la industria del espectáculo. Entre ellas la música.
Alrededor de todo el mundo las grandes bandas y las no tan grandes, tuvieron que cancelar cientos de shows, festivales y grabaciones de discos, afectando seriamente a miles de personas.
Algunos artistas próximos a sacar nuevos discos prefirieron esperar a que el aislamiento social se levantara, para presentar sus trabajos al público tocando en vivo. Pero el tiempo ha pasado y la vida tal como la conocíamos previo al 2020, no ha vuelto.
Nuevos espacios
A su vez otros artistas decidieron asociarse a plataformas virtuales tales como Spotify o Apple music. Y esto abrió un nuevo camino en la distribución de contenido musical. El miedo a no recibir regalías por sus trabajos pasó a ser la oportunidad de cerrar contratos importantes con este tipo de plataformas.
Sumado a esto, se abrió otro espacio muy interesante para los músicos y es el caso de conciertos vía streaming, y una nueva plataforma (o no tan nueva): Twitch.
Las bandas comenzaron a realizar ensayos transmitidos en vivo a través de internet. Y eso trajo consigo el acercamiento al público. Esa cercanía hacía que un simple fan desde el sillón de su casa pudiera comunicarse directamente con el músico.
Pedirle temas, preguntar por cuál o tal composición. Eso era algo impensado en tiempos de ‘normalidad’. El fan pocas veces tenía acceso a su artista preferido.
Estos conciertos virtuales han sido muy importantes para sobrellevar el aislamiento social. Cientos, miles de personas que se encontraban solos, pudieron escapar de estados de ánimo complicados.
El mundo ha cambiado, muchas personas nos han dejado. Pero siempre, siempre es más sencillo pasar los malos momentos si tenemos música para escuchar.